El desfile de Andrés Sarda es uno de los que más me ha gustado de esta edición de otoño invierno en Cibeles, la indumentaria estaba inspirada en la mujer de los 50. Normalmente en actrices de Hollywood y Europa, pero el estilismo de esta colección se decantaba más hacia países de Latinoamérica como México. La colección se divide en dos partes, y a la vez en dos tipos de mujeres totalmente distintas. La primera es la parte folclórica, donde aparecen colores vivos como el amarillo, el rojo o el azul.
Tocados vistosos, algunas modelos llevaban grandes pompones que colgaban a ambos lados mientras que otras llevaban casi todo el cabello cubierto de flores de tela.
Me parece muy interesante la diferencia de tejidos, mientras en la lencería son suaves y ricos, también aparecen ponchos de punto y faldas de materiales más gruesos.
La superposición de sujetadores es muy interesante ya que se mezclan los tejidos de ambos.
La mayoría son Conjuntos a dos piezas acompañadas de ligueros con medias que llegan a medio muslo.
La siguiente foto con una capa negra impresionante que al abrirse se convierte en un cuadro andante. Lastima no tenerla entara.
En la segunda parte aparece una mujer mucho más glamurosa, aquí predominan los encajes, los tejidos transparentes, las lentejuelas y el color negro.
Bodis insinuantes y una mujer muy femenina como aparecen en las siguientes fotos:
El maquillaje era muy sencillo y favorecedor con eyeliner y los labios de un rojo anaranjado, muy mono.
La última salida fue de la modelo Marina Pérez, en ese momento fue la aparición de una virgen en plena pasarela, con un vestido nude totalmente transparente elaborado a base de un tul muy fino que permitía ver el biquini de brillantes dorados que llevaba debajo.
Tanto la corona como los brazaletes espectaculares.
Para el calzado utilizaron botines con grandes plataformas cubiertos de cordones y hebillas, para una servidora preciosos.
Nuria Sardá directora creativa de la marca con Marina Pérez.
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